Los compañeros de La agrupación naranja que formamos parte de la lista unidad por La gremial entendimos desde un comienzo la importancia de una cons trucción sindical de los docentes universitarios de la uBa que surgiera desde abajo, a partir de su propia organización, indepen diente de la burocracia sindical, las gestiones universitarias y los gobiernos de turno.
En estos diez años de vida de AGD, los compañeros de la Agrupación Naranja que formamos parte de la lista UNIDAD POR lA GReMIAl entendimos desde un comienzo la importancia de una cons trucción sindical de los docentes universitarios de la UBA que surgiera desde abajo, a partir de su propia organización, indepen diente de la burocracia sindical representada por Aduba (y ahora Feduba), de las gestiones universitarias y de los gobiernos de turno.
Así fuimos creciendo y fortaleciendo esta he rramienta sindical para conquistar nuestras reivindicaciones. Sobre la base de la democracia sindical, la soberanía de las asambleas, el reconocimiento como afiliados plenos de todos los trabajadores (auxiliares y profesores,
asalariados y ad honorem), logramos llegar a esta AGD-UBA que hoy suma más de 3.400 afiliados y que logró fortalecer la organización que nos permitió arrancar el blanqueo, la recomposición salarial obtenida, la jubilación móvil, la titularización de los preuniversitarios
y las rentas para 2.000 ad honorem.
Hoy reafirmamos esta historia, convencidos de lo que hicimos y de la necesidad de continuar su construcción para seguir luchando por tantas otras urgencias que tenemos.
Una elección especial
Esta nueva elección en AGD-UBA es especial. Se tensan las fuerzas del sindicalismo docente universitario y se lo pone a prueba para defender conquistas amenazadas como el salario que supimos aumentar y blanquear, hoy víctima del ajuste inflacionario y de los topes oficiales
que defiende el sindicalismo de los Moyano y los Yasky, con sus aparatos burocráticos afines en la universidad.
Si el mandato que culminamos está marcado en nuestro medio por la conquista extraordinaria del 82% móvil, esa conquista misma está en peligro. Por un lado el Anses es usado como caja fiscal sustituta para deuda pública, para rescates empresarios y fideicomisos, pero no para sostener una jubilación acorde con los aportes, menos al 82% de los salarios en actividad y menos todavía para ese porcentaje móvil de una canasta familiar que es nues tro objetivo estratégico en lo reivindicativo.
Es claro que si la educación en Grecia, como consecuencia de la crisis capitalista mundial sufre un ajuste a lo López Murphy, en la Argentina lo sufre por la vía de un presupuesto que prioriza la deuda externa y por esa vía el rescate al capital financiero que asola el mundo. Pagar la deuda con las reservas (o con el presupuesto) significa, en los hechos, no destinar esos fondos a la educación y la universidad pública ni a otros fines de desarrollo productivo y social, salvo al déficit de las cuentas públicas tal cual están. Por ello asociamos nuestra lucha por la triplicación del presupuesto educativo al reclamo por el no pago de una deuda externa ilegítima y fraudulenta.
Esta realidad es lo que explica la no derogación de las leyes del menemismo en la educación, el curso privatista encubierto que apunta al deterioro de la educación pública y su otra cara: los subsidios de las mineras y las acreditaciones de la Coneau. Es decir, la injerencia creciente del gran capital no solo en la universidad privada empresarial o confesional sino también en la propia universidad pública y en los institutos de investigación científica. Desde este lugar luchamos contra el arancelamiento de posgrados, como parte de la batalla estratégi ca por la universidad pública. Y como parte de esto nos hemos unido a todas las expresiones de lucha de la FUBA y del movimiento estudiantil por la democratización de la UBA.
Se ha extremado como nunca la cooptación sindical como se demuestra cuando Ctera, Conadu Flamarique (ambas Cta Yasky) y Fedun (CGT) nos firman los aumentos que repudian nuestras asambleas y la mayoría de la docencia universitaria nacional. En este sentido, una nueva dirección de la CTA se hace más necesaria que nunca para superar el pacto Moyano-Yasky, para unificar las luchas de los estatales y los docentes de todo el país por sus reclamos y hasta para obtener el reconocimiento gremial para la central.
Pero al mismo tiempo el sindicalismo de base que construye AGD-UBA desde hace una década se desarrolla en los gremios de la edu cación y en todo el movimiento sindical. La lucha contra el unicato sindical de los viejos burócratas está al rojo por un proceso creciente de expulsión de las patotas de los sindicatos argentinos, como en el caso del Subte con la UTA. Hasta la Corte Suprema con sus fallos ha tenido que tomar en cuenta esta nueva realidad en el movimiento sindical, lo cual no es indiferente para un sindicato simplemente inscripto como el nuestro, construido desde las gremiales de facultad y desde la soberanía de la asamblea de afiliados y de docentes en cada lugar. Desde luego la libertad sindical bien entendida la conquistaremos como los pioneros de los sindicatos argentinos de principios del siglo pasado desde abajo y como conquista social, de lo contrario seremos víctimas de un nuevo reacomodamiento legal de la vieja ley de asociaciones profesionales que rige el edificio de la burocracia sindical en la Argentina. Por ello luchamos por su derogación.
En estas elecciones, por primera vez habrá una lista opositora. Bienvenido el debate. Solo que quienes la integran jamás se presentaron en las asambleas de AGD-UBA para plantear algo en relación con el rumbo del sindicato, nuestro programa de reivindicaciones, los planes de lucha, las permanentes convocatorias al debate. Hasta votaron unánimemente la memoria que presentamos en la última asamblea general. Esto significa que no expresaron alternativa alguna, ni entonces ni nunca, a los lineamientos y las acciones que la conducción de la AGD, expresada en el frente UNIDAD POR LA GREMIAL, llevó adelante en estos diez años. ¿Qué los lleva a presentarse, entonces? ¿Un posicionamiento contrario a la AGD que se ha manifestado independiente frente al conflicto entre el gobierno y el “campo”? ¿Las críticas a las medidas de lucha de la CONADU istórica, cuando en esa lista conviven quienes postulan el “parismo” como bandera, sin considerar el movimiento real, y quienes llaman a una preparación que nunca llega a concretarse? ¿Un planteo por “más participación” de quienes, a la hora de fundar AGD como respuesta a un gremio burocrático, optaron por quedarse largo tiempo en Aduba o apostaron al debilitamiento de la CONADU Histórica?
No por casualidad AGD-UBA alcanzó 3.400 afiliados que no soñábamos años atrás. AGD-UBA se ha construido como sindicato no solo de bases, no solo independiente del estado y de las burocracias sindicales, sino de independencia política de las elites de poder universitario del Rectorado y decada facultad. Eso nos dio la fuerza que llevó a este nivel de afiliación, eso nos permitió funcionar siempre en asamblea. Estos miles de afiliados se construyeron por ese camino contra el sindicalismo que se monta con promotoras (¡de la misma empresa!) contratadas por Aduba y Feduba. Eso nos permite ir ahora por una masiva afiliación, para construir una fuerza sindical de masas de la docencia, con este programa, en unidad con los estudiantes y los no docentes.
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