6 de junio de 2012

RESPECTO DE LA CESANTÍA DE DOCENTES MAYORES A 65

Berlin, 8 de Junio de 2012

viejos y nuevos amigos / viejos y nuevos enemigos:


Si me hubiera quedado en las filas de la UBA formaría parte del sector etario intermedio que en estos momentos lucha por asumir cargos directivos en el plano docente y burocrático. En vista de las discusiones que se han hecho públicas sobre el intento de jubilar a universitarios por su edad y no por su capacidad investigativa o de enseñanza, supongo que vería que muchos "viejos" compañeros de las luchas estudiantiles por una universidad pública, autónoma inclusiva, ahora se sienten muy cómodos en sus sacos y corbatas, o en sus sillas, adaptados a los mecanismos sórdidos de la universidad que confrontábamos. Supongo que esgrimirían un mayor realismo que el de su juventud y sacarían un lápiz para dibujar una torta presupuestaria y se mostrarían dispuestos a negociar en base a una supuesta biometría cuál es la edad aceptable para echar a alguien que puede y quiere compartir su conocimiento. Por mí pueden hacer una torta de mierda y comérsela. Pero advierto: sería un acto de canibalismo.


Los que consideran que tener determinación política es propio de la juventud son los mismos que usan un criterio inhumano y cronométrico para echar a personas que saben más que ellos y que luchan más que ellos. Por suerte muchos de mis viejos compañeros que se quedaron en la universidad saben que el paso del tiempo no surte los mismos efectos en aquellos que comen ese tipo de tortas y en quienes se mantienen en lucha, curiosos y aprendiendo.


No estamos dispuestos a aceptar el proyecto de una Universidad que se tiene que librar de los investigadores que más nos han enseñado sobre cómo luchar. Mis viejos amigos, entre 82 y 18 años, quieren que, dentro y fuera de las aulas, oficinas y laboratorios, sigamos articulando el saber con la acción, aprendiendo de los que más conocimiento riguroso han construído sobre el genocidio y la resistencia, de los que han logrado caracterizar los procesos de acumulación financiera y las identidades resultantes en la historia reciente argentina. No: no somos nosotros los que nos queremos librar de los Marín, los Izaguirre, los Khavisse, los Zaffaroni, los Grüner y muchos otros en base a una visión ignorante y mezquina sobre los supuestos "ciclos biológicos".


En lugar de achicar la UBA para luego recorrer los pueblos donde se respeta a los más viejos repartiendo jubilaciones, vamos a pelear para que se respete el criterio constitucional de idoneidad. Vamos a hacer lo de siempre: luchar para que la autonomía universitaria sea herramienta consistente de conocimiento y de defensa frente al autoritarismo y no coartada de tecnócratas imbéciles.




Federico Geller
Licenciado en Cs Biológicas FCEN UBA
L.U. 287/89

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