2 de noviembre de 2014

CONVOCATORIA AL CONGRESO DE LA IZQUIERDA Y MOVIMIENTO OBRERO A DOCENTES UNIVERSITARIXS

Con la creación de AGD UBA, hace 15 años dimos el primer gran salto, luego de todo el trabajo previo de la Naranja y del PO, en la constitución de una importante corriente clasista en la docencia universitaria. AGD se fundó en la necesidad de las bases docentes organizadas de distintas facultades que, en base al programa completo de reivindicaciones, con el método de la asamblea general y la independencia de las gestiones universitarias, se fue transformando en la herramienta sindical de los docentes de la uba. Fue además una gran delimitación con la burocracia sindical, que, además,  en esos años comenzaba a dividirse por la captación de los aparatos estatales, primero De la Rúa con quien surge la Conadu Flamarique y luego con Menem y los K, que incluyeron diversos pases entre CTAs y CGTs.

En la división de las Conadus y ya como AGD comenzamos a aportar a la corriente nacional Naranja con alguna presencia en el interior llegando hoy a tener importantes agrupaciones en UBA, Tucumán, Bahía, La plata, Luján y de manera incipiente en Misiones, Córdoba y Salta. Hoy claramente somos la “izquierda” de las dos  Conadus, con importante peso en la Histórica, donde ocupamos dos lugares en su mesa ejecutiva y donde integramos un frente con el PCR que obtuvo la mayoría de votos en la última elección de la federación. Sindicalmente, además de ser la dirección de AGD, donde (ganamos en el 2014 con 64 %), acabamos de sacar el 32,5% en Bahía, una de las sedes K de la Histórica, y en diciembre estaremos  disputando ganar en Tucumán y Luján. Este desarrollo es también consecuencia de la exitosa huelga tucumana, donde defendimos e intervenimos con el método de la clase obrera, el debate colectivo, la decisión asamblearia, la movilización en conjunto con el movimiento estudiantil y el método de la huelga general para conquistar los reclamos. En todas las universidades la Naranja apoyó a fondo esta huelga, defendió sus métodos, lo que constituyó la gran diferencia con todos los otros sectortes, tanto K, como degenaristas y el PCR.

En estos años, luego de los procesos de captación desde los gobiernos de turno, se ha agudizado la desintegración política de las direcciones sindicales. La Conadu (CTA Yasky) y Aduba ( Fedun) claramente son la voz del gobierno y las camarillas universitarias entre los trabajadores. Han firmado sucesivas paritarias a la baja, que siempre presentan como importantes conquistas,  y han entregado la estabilidad y la carrera docente. Pero lo interesante es el cuadro de descomposición política sindical abierto dentro de la Conaduh, otrora la federación combativa. Su dirección, un frente de radicales, degenaristas y filo pc está viviendo un llamativo proceso de fractura interno producto de la kirtchnerización de varias de sus cabezas, lo que, unido a la posición centroizquierdista del resto, condujo a un total inmovilismo – y en algunos casos seguidismo de la Conadu yasky-  de la federación. Hoy la posición diferente de las distintas federaciones se produce por la fuerza que tiene la Naranja y sus aliados dentro de la CH.

La universidad es uno de los más importantes centros de poder político. Toda su producción, en extensión, ciencia y docencia está atravesada por disputas de poder y enfrentamiento entre distintas líneas políticas, y al servicio de la explotación y negocio capitalista. Cuando, desde la Naranja y desde AGD, defendemos una universidad sobre nuevas bases sociales justamente nos estamos refiriendo a su total transformación que incluye al servicio de qué sector social pone toda su producción.
Uno de los aspectos fundamentales que permite “el negocio capitalista” en las universidades nacionales es la existencia de las llamadas camarillas universitarias, que son representantes de distintas corporaciones que entre otras cuestiones lucran con la universidad, agentes de sectores políticos concretos y de capitales económicos.

La entrada de sectores ajenos al “conocimiento” viene aumentando desde hace varias décadas, siguiendo el modelo de Boloña: introducir el concepto de calidad de la empresa en las instituciones de enseñanza superior, los lineamientos del Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio que determinaron que la educación pública también tenía que ser redituable. Hoy, como resultado, en términos generales tenemos a la Coneau, comisión evaluadora externa de todas las universidades nacionales, la desvalorización de los títulos de grado en función de la valoración de los posgrados, en su inmensa mayoría arancelados y mucho y la creciente privatización de sectores enteros de las universidades, como los hospitales. Estos avances combinados con el ahogo presupuestario en que los últimos gobiernos nos han sumergido, han sido la puerta de ingreso, no solo concreta sino justificada por “la academia” de “sponsons”, pasantías, y negociados varios. Es así que hoy, la “inteligencia universitaria” está presionada para producir de acuerdo a esas necesidades y no otras. Uno de los sectores en que más se manifiesta esto es en el campo de la investigación, donde las nefastas consecuencias se manifiestan en “redirecciones” de investigaciones, selecciones temáticas, de áreas o de carreras.

Otro aspecto de la mercantilización de la educación superior son los grandes negocios y servicios con el gobierno.Todo lo que se relacione con INTA, Inti, las mineras, o los acuerdos firmados por los distintos rectores, apuntan a poner la producción de las universidades al servicio de intereses privados o estatales. Un ejemplo de “los negociados en que participan las universidades” es el  recientemente aparecido entre el Ministerio de Industria de Giorgi y sus “subsidios a bienes de capital” con grupos empresariales y funcionarios tanto k, como del Pro y Unen, y donde la UBA, cogobernada por representantes de esos mismos partidos, aportó asesores,  colaboradores y hasta se encargó con profesores de las camarillas de dar el veredicto en auditorías que, obviamente no denunciaron ningún chanchullo, a pesar estar claro que los beneficiados son del mismo grupo que los que controlan. En este último escándalo están complicados desde el decano de económicas para abajo y funcionarios del propio superior.

Quizás los casos más emblemáticos sean las jóvenes universidades del conurbano bonaerense, que están completamente a disposición de implementar campañas oficiales, constituyéndose en una especie de canal público o 678 solo que universidad. O los últimos proyectos que ingresó el FPV al congreso nacional de creación de nuevas universidades en el intento de crear nuevos refugios para los futuros desocupados ministeriales y sus tropas.

Todos estos negociados tienen como contrapartida un aumento de la precarización laboral de sus trabajadores y anulación de conquistas estudiantiles. Mientras las universidades acrecientan “sus recursos propios” y sus funcionarios con sus cortes acrecientan poder y dinero, las aulas de grado, el salario de docentes y no docentes, la estabilidad laboral disminuyen. Este sistema se sostiene gracias a dos cuestiones: la primera, sobre la base del control de los gobiernos universitarios, que con algunas diferencias en cada universidad, dista mucho de ser autónomo y cogobierno, como rezaba la reforma del 18. Con estatutos universitarios que están atrás de la revolución francesa, la autonomía es utilizada para precarizar y no cumplir con derechos conquistados por la clase obrera: el cogobierno es solo de una elite, donde la mayoría de la comunidad tiene poca o nula participación. Por eso la lucha continua de los sindicatos antiburocráticos y de los estudiantes combativos por la reforma de los estatutos y la democratización del gobierno universitario. La otra pata de sostenimiento son los sindicatos amarillos, enquistados en los rectorados y agentes del gobierno nacional, que además de obtener sus propias prebendas con el servilismo a las patronales, coinciden ideológica y políticamente con los mismos, o sea son propios agentes de clase.

La cooptación K  no solo se desarrolló entre las fuerzas sindicales sino que penetró también en la cultura universitaria. Siendo las universidades cajas de resonancia de los grandes debates políticos nacionales, en esta década el kitchnerismo dio batalla también adentro de sus puertas para el copamiento intelectual y social de la academia. Con la ley de medios, ley nacional de salud mental, desmanicomialización, el cuadro de Videla que bajó NK, campo o pueblo, el salario universal por hijo, el “resurgimiento de la ciencia en la argentina” y los repatriados científicos junto a los últimos estertores de patria o buitres, el gobierno K intervino intentando colonizar el débil pensamiento independiente académico. Sectores enteros y gobiernos de facultades se pasaron al campo nac and pop alejándose definitivamente de lo que había sido una alianza circunstancial con los socialistas para enfrentar al poder radical en las universidades.  Claro, que a la vez, pasaron al frente en cuanto a la competencia de los negociados constituyendo en todas las universidades nacionales cogobiernos al servicio de la mercantilización. Así, los socialistas venimos librando una constante batalla ideológica y política dentro del campo intelectual que comenzó a destrabarse hace aproximadamente dos años, donde coincidieron el comienzo de la debacle del gobierno, la crisis económica y el fortalecimiento de una salida tras el Frente de Izquierda,  lo que nos pone en el mejor lugar para la actual etapa. La involución de Carta Abierta, que surgió pretendiendo ser un agrupamiento de intelectuales independiente que analiza y apoya medidas de gobierno,  es una demostración en el campo intelectual del deterioro y fracaso de una salida nacionalista. Hoy Carta Abierta, luego de vanagloriarse de la nacionalización de YPF o las rutas de AA,  se queda cerrando la boca frente a los negociados k en la uba o frente a los reclamos de los trabajadores precarizados de Tecnópolis. Apenas se animan a tibias declaraciones en defensa de los extranjeros perdiendo toda honestidad intelectual y ética, incluso frente a sus propios orígenes, al callarse respecto a las reformas del código civil y penal o la entrega petrolera de un gobierno que claramente ha tomado el programa social y económico  de la oposición patronal.


En este cuadro, más que nunca, se hace fundamental fortalecer una corriente intelectual, política y sindical que tome en sus manos la real defensa de la universidad estatal, pública, gratuita y al servicio de las grandes mayorías. La salud y la educación que desde nuestro puesto de lucha defendemos son banderas del y para el movimiento obrero en su conjunto y forman parte de las reinvindicaciones históricas de nuestro pueblo. Los que venimos construyendo la Naranja como corriente clasista, desde los lugares sindicales conquistados enfrentando a la burocracia sindical y a las camarillas universitarias, en unidad con el movimiento estudiantil que abraza las mismas banderas, entendemos que, para enfrentar el derrumbe capitalista, el frente único de clase con el resto del movimiento obrero se vuelve una tarea de primer orden. El CMOI debe ser una instancia más para la unidad de los trabajadores  que hoy pasa más que nunca por impulsar y construir una salida socialista.

AGRUPACION NARANJA DE DOCENTES E INVESTIGADORES EN AGD UBA

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