El jueves 23 de mayo el decano Eduardo Cajide dio lectura en el Consejo Directivo al Decreto con el cual pretende imponer la acreditación de la carrera de Arquitectura a la CONEAU. El decreto fue ocultado y no fue publicado en la orden día enviada unos dias antes. Esta medida autoritaria y antidemocrática se toma a espaldas de los miles de estudiantes y docentes quienes en reiteradas ocasiones manifestamos nuestro rechazo a la acreditación.
Para una gestión que avala un presupuesto que nos hunde en la precarización, falta de equipamiento y condiciones de seguridad (como ha votado Cajide en el Consejo Superior) la acreditación a la CoNEAU, creada por la todavía vigente Ley de Educación Superior (LES) de Menem, solo servirá para profundizar el ajuste y la privatización que ya padece la facultad.
A esa precarización sistemática se le sumará esta "contrarreforma" de orientación privatista que promueve la liquidación de contenidos de grado y la relación docente alumno del trabajo de tipo taller para ajustarse a los estándares mínimos que establece CONEAU (ver el caso de la acreditación de arquitectura/UNCórdoba), y el traspaso de esos contenidos de grado sin financiamiento a los posgrados arancelados.
A todxs los compañerxs docentes que rechazaron la acreditación a la CONEAU o a quienes se acercaron a la CONEAU porque creen honestamente en que hace falta una “autoevalua-ción” (porque es la única salida que ven a la desorganización y precarización en que nos encontramos trabajando) les proponemos organizarnos para terminar con el trabajo sin salario y subrentado; por estabilidad y carrera docente; la reincorporación de los mayores de 65 que FADU y UBA mantienen cesantes; el claustro único docente; el convenio colectivo único nacional; la recomposición de nuestro salario frente a la inflación; los perfiles profesionales y planes de estudio; la garantía de circulación académica; políticas de investigación y extensión vinculadas a los problemas de la población trabajado-ra; por articulaciones que no sólo apunten a colocar la universidad como contratista de mano de obra barata a través de las pasantías; contra la intromisión de los intereses de los gobiernos de turno, la iglesia o los mercaderes de la educación privada, por una universidad pública, de calidad, gratuita e irrestricta, que soló se conseguirá con mayor democratización y presupuesto y no por la vía de la elitización y el ajuste.
Construyamos una gran movilización que lleve a los consejeros a derogar este decretazo.
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