
Recientemente, el CONICET anunció en su página web
la firma de un convenio con la fundación UOCRA. En la foto se veía a un
sonriente Salvarezza (Presidente actual del organismo) junto a Gerardo
Martínez, y se hablaba de la cooperación para "la mejora de las
condiciones de vida de los trabajadores" de la construcción, aunque nada
aclaraba
acerca del financiamiento de la aventura ni de dónde
provenían los recursos.
Hablar de mejorar las condiciones laborales de los
obreros de la construcción de la mano de la UOCRA, un sindicato que ha sistemáticamente
entregado toda reivindicación y derecho en uno de los sectores con mayor
cantidad de accidentes y muertes es, como poco, una canallada. Pero la UOCRA no
sólo se caracteriza por la entrega de los trabajadores que dice representar. Se
trata de uno de los gremios más violentos y corrompidos del actual arco
sindical oficialista. No pasa un mes sin que sea noticia en los diarios un
nuevo enfrentamiento a los tiros entre dos facciones de este grupo mafioso, que
la mayor de las veces termina con uno o más muertos. No se puede esperar otra
cosa de un sindicato dirigido por un ex agente de inteligencia de la dictadura
que comenzó su carrera entregando a militantes sindicales
combativos a la tortura y la desaparición. Ésta es
la verdadera cara de quien sonríe campechano al lado del presidente del
CONICET. La impostura no puede ser mayor cuando viene de la mano de
funcionarios que difícilmente pueden desconocer esta situación.
La explicación de por qué Salvarezza expone al
CONICET a semejante vergüenza no puede ser otra que la necesidad del gobierno
nacional de lavarle la cara a la desprestigiada y corrompida burocracia
sindical que lo apoya. En el último acto en la casa de gobierno, se le destinó un
patio entero a la representación de la UOCRA, que movilizó a todo su aparato
para prestar apoyo al gobierno de Cristina. No hace tanto, la propia presidenta
señalaba a Martinez como el sucesor del oficialismo en la CGT. Luego de las
denuncias de los organismos de derechos humanos por su participación en la
dictadura, tuvieron que echarse atrás pero le siguen garantizando a Martínez un
lugar privilegiado dentro del sindicalismo oficialista.
Quienes trabajamos en el sistema científico,
repudiamos la asociación del CONICET con estos nefastos personajes. Nada
positivo para los trabajadores de la construcción surgirá de una investigación sustentada
por aquellos que han dedicado su vida a liquidar los derechos laborales y
amedrentar opositores. Mientras siempre hemos reclamado y luchado por un
sistema científico abierto a la sociedad y dispuesto a resolver los grandes
problemas de las mayorías trabajadoras, denunciamos que este tipo de acuerdos
sólo contribuyen a
perpetuar las actuales desigualdades de este
sistema. Exigimos la inmediata anulación del convenio UOCRA-CONICET y exigimos
que ese financiamiento sea dirigido a trabajar con las organizaciones democráticas
de los trabajadores de la construcción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario